El Nazareno
El sonido de los tambores, cornetas y bombos ya llega,
se va agrandando, se arrecia.
Las cornetas poderosas e hirientes,
piden paso a la muchedumbre
que se aparta y se repliega.
Bien custodiado ya pasa
el cansado Nazareno
llevando la Cruz a cuestas,
silencioso, cabizbajo,
llevando en su cuerpo miedo
pues sabe que va a la muerte
entre burlas y desprecio,
ese pesado madero.
La pena que hay en su rostro,
desde mi ventana veo
El sonido de los tambores, cornetas y bombos ya llega,
se va agrandando, se arrecia.
Las cornetas poderosas e hirientes,
piden paso a la muchedumbre
que se aparta y se repliega.
Bien custodiado ya pasa
el cansado Nazareno
llevando la Cruz a cuestas,
silencioso, cabizbajo,
llevando en su cuerpo miedo
pues sabe que va a la muerte
entre burlas y desprecio,
ese pesado madero.
La pena que hay en su rostro,
desde mi ventana veo
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